lunes, 18 de agosto de 2008

Expediente Bulli o la guerra simbolica a la Nouvelle Cuisine.


"He visto cuentas que nunca creiriais..."

La reaparicion del pseudo-gourmet que aparentemente se habia desvanecido esperando los postres del Bulli nos ha desconsolado a muchos. Y no por el destino de este picaro de la nouvelle cuisine que ha protagonizado una de las mas bochornosas serpientes de verano que se recuerdan y al cual no le deseamos ningun mal sino por la justicia poetica que suponia su misteriosa abducción.

Yo acostumbrado a frecuentar McDonalds, KFC, Chinos y tascas de dudosa reputacion por razones evidentes, siempre he tenido que soportar todo un arsenal de leyendas urbanas: que si los pollos sin cabeza del Kentucky, que si la carne de rata del McDonalds, que si la misteriosa desaparicion de perros y gatos en los alrededores de un Restaurante Chino, que si en ese sitio dan gato por liebre, etc...

Y ahora, por una vez, parecia que la Cocina Contemporanea de Autor iba a tener una leyenda urbana acorde con su categoria. La veda sin duda la habia abierto Santamaria y sus directas acusaciones de envenenamiento a muchos de los alquimistas del fogon y esta desaparicion ya cerraba el circulo, y colmaba nuestros sueños de venganza. Nos imaginabamos a este señor siendo desintegrado en una espuma de tortilla de patata, siendo deconstruido o formando parte el mismo de algun inimaginable plato para algun paladar exquisito.

Pero al final, resulta que el pajarraco simplemente se habia marcado todo un SinPa en la mejor de las tradiciones del chino de la esquina... Oh, Pascal Henry, tu que podias haber sido nuestro martir o, mejor, nuestro mitago, nuestro John Connor, nuestro Juan Metralla, nuestro Tyler Durden, ... Oh, Pascal, el gran turista...

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