lunes, 27 de julio de 2009

Triangulo de Desamor Bizarro Addendum: El Sindrome de la Moncloa


¿ Incluira el plug-in del Moncloa's Syndrome ?

Reflexionando sobre un comentario de Alacantí en el anterior post que decía: "También tengo mis dudas sobre la necesidad absoluta de que el gobierno tenga que entenderse siempre con todo el mundo y en todo" , me ha venido a la cabeza el nivel de irrealidad en el que debe empezar a situarse nuestro Presidente del Gobierno que ya quiere obviar hasta la lucha de clases. ¿ No será normal que la Patronal y Sindicatos tengan posiciones encontradas ? ¿ Es que Zapatero quiere emular al Fukuyama y ponerle Fin a la Historia ?

Todo esto nos lleva de nuevo al temido Sindrome de Moncloa, sus mutables cuadros de síntomas y unas curiosas propiedades dialécticas. Creo que es público y notorio que a partir de la segunda legislatura los Presidentes del Gobierno despegan de la realidad. Felipe González tras años de mayorías absolutas se endiosó en un carisma divino y áulico según el cual sentía no tener que responder ante nada ni ante nadie. La consecuencias fueron muy duras para su imagen y su partido: perpetuación poco saludable en el poder, esclerosis del partido, corrupción generalizada ante la relajación total, etc...

Años después esos vicios de Felipe González marcarían hegelianamente los rasgos de antítesis de su sucesor con un Aznar sobrio, ajeno al coqueteo con el carisma, inmesericorde con la corrupción y obsesionado con no sumar más de dos legislaturas. Esos rasgos se irían agriando hasta que su particular Síndrome de Moncloa se manifestó: ese sentirse llamado por la Historia y olvidarse del pueblo, de los agentes sociales y del resto de partidos. Aznar tenía una misión y un deber con España y no iba a permitir que nada ni nadie fuera un obstaculo. Al final todo no dejaba de ser nada más que indisimulada soberbia.

Y finalmente llega Zapatero que indefectiblemente acaba siendo marcado por los excesos del Aznarismo con su nueva forma de hacer política antitética a la anterior: el famoso talante, ese optimismo antropológico y esa fijación por la concordia tan alejada de su predecesor . Ese mismo talante que acabara estallando en una nueva mutación del Sindrome de Moncloa con esa fijación por el entendimiento "como sea", ese buenismo semi-autista y que tiene como peor síntoma una nada deseable obsesión con una imagen cosmética.

Señor Zapatero, la experiencia nos dice que el Síndrome no tiene solución pero se puede paliar y atenuar. Hable con Trinidad Jimenez, Ministra de Sanidad, y la mejor valorada en la última encuesta del CIS y que le prescriba una receta de menos usted y más Gobierno en todos los sentidos de la palabra: equipo, autoridad y gestión.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo insisitiría en una dosis mayor de equipo y de gestión. La autoridad se le presume, pero tengo la impresión de que hay, al menos, dos grupos de ministros en el gobierno, y de que no hay diálogo entre servicios de una misma casa. Diálogo en el sentido amplio del término.

Volviendo a la cuestión del diálogo social. También cabe la posibilidad de que el gobierno esperara que sindicatos y patronal se pusieran de acuerdo, dado que el propio gobierno no tenía y no tiene ninguna idea sobre hacia dónde enfocar una eventual reforma del mercado de trabajo y de la economía española.

Soy pesimista sobre las aptitudes del colegio de ministros.