La cantidad de títulos supuestamente ocurrentes y directamente chorras que se le ocurren a uno aquí para un post. Al final he optado por éste a ver si sirve de gancho, se despista algun fan emo y aumenta el trafico del blog.
Tambien lo he elegido porque creo que al final es donde mas tiempo estoy pasando en este mi primer día en Tokyo. La lluvia. el cansancio y sobretodo ese jetlag que sumado al viaje y el reventón arrastrado del FIB me han llevado a alcanzar un coma de unas 12 horas asimilable a dormir que para mí es algo muy, muy inusual.
Tokyo como cualquier otra ciudad global es fascinante a dos niveles. Por un lado la ciudad real y por otro la ciudad imaginada. De la ciudad real, pocas batallitas voy a contar pero sí que me parece mas apasionante es el papel que juega Tokyo en el imaginario colectivo. Hay dos ciudades que a día de hoy iluminan la cara de quien se las mencionas: Las Vegas y Tokyo. ¿ La razon ? Creo que ambas ciudades representan las coordenadas de mayor lejanía espacial, temporal y cultural que se puede alcanzar en la tierra. Si Roma, París o Pekín nos llevaban al pasado, si Nueva York es la máxima expresión de la contemporaneidad, Las Vegas y Tokyo nos insinuan una idea de futuro. De hecho en esto incluso parece que Las Vegas le gana la partida a Tokyo, aquellos Los Angeles que surgían en Blade Runner y que se mostraban como el rostro del urbanismo a venir se han quedado en poco más que un guiño cinematográfico aislado. Hoy Las Vegas, por mucho espanto que a algunos les pueda dar, es el referente y éste no deja de ser otro que la ciudad organizada como un centro comercial, parque temático, permanente espacio de consumo y con todas las consecuencias urbanas asociadas a los malls: accesos demenciales, parkings desoladores, descampados en las afueras, etc....
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De todas formas, ya sea ustedes apocalipticos o integrados , mi recomendación es que si pueden, tienen la oportunidad y el dinero no se las pierdan ninguna de las dos. Y de propina y volviendo a Tokyo, la vista del famoso cruce de Shibuya desde el hotel:
3 comentarios:
Por lo menos han sido prácticos y han puesto un paso de peatones en diagonal, cosa que poquísimas veces he visto aquí, que te obligan a dar unas vueltas muy grandes. Me viene a la cabeza una noticia de ayer en Información, sobre un pasillito en el Postiguet en que la gente a fuerza de acortar (y pisar), ha dejado sin césped. Y así pasa en muchos sitios: se planifica sobre una mesa de despacho, luego la realidad es otra, pero no se hace nada por adaptarse a ella.
ya, eso era algo que nos explicaron siempre en la facultad, imagino que don paolo también lo recordará.
Primero se hace el parque y, luego, con el paso de los peatones se ejecutan los caminos.
Porque, se hace camino al andar.
Ambos me dejan anonadado con sendas revelaciones. Yo siempre habia pensado que el paso en diagonal era una extravagancia mas de Shibuya. Esto como cuando me explicaron la revolución de las esquinas en chaflán. Obvio pero nunca habias reparado en ello
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