Cuenta Atrás FIB: -2

Hoy para que vean los años que vengo haciendo el ridículo y diciendo que no voy a ir más a festivales, os paso cartel del primer festival al que asistí en 1993 en Reading, Inglaterra:

En aquellos tiempos ni que decir tiene que un festival de rock ni se entendía lo que era en España. Más o menos sonaban los ecos de Woodstock y se tenía una idea de algo raro como de "hippies" (Arrgghh!) con las terribles connotaciones que eso acarreaba. Yo asistí un poco por accidente, pensando que me iba un día a un concierto y acabé 4 días malviviendo sin mudas de ropa, con el dinero justo para comerme unas "jacket potato" y durmiendo hacinado y congelado en una tienda de campaña con un inglés que apenas conocía.

Pese a las penurias sin embargo aquella experiencia supuso una ruptura de barreras mentales. EL festival de Reading no era todavía la espesa experiencia Metal / AOR en la que luego se convirtió, predominaba un espíritu indie (Cuando el término no apestaba tanto), muy Melody Maker y ecléctico: rock, pop, punk, hard-core, techno, hip, hop, etc... aunque tampoco es que aquello fuera el WOMAD, al final lo que predominaba era el Rock, pero en la acepcion de Terry IV.

Ciertamente los festivales tal y como los conocemos hoy en día surgieron en UK pero es justo reconocer que donde han acabado siendo perfeccionados es en España. Dos factores han jugado a nuestro favor como apuntaba recientemente Minchinela: la permisividad de horarios y el clima. En la gelida campiña inglesa, las temperaturas pueden acercarse peligrosamente a los cero grados en las noches de agosto y eso más que para Carpa Dance, da para rememorar la noche de los tiempos alrededor de una hoguera.

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Pero si la faceta lúdica alcanza en el FIB su máxima expresión, no se puede decir lo mismo de la selección musical que no suele destacar ni por su valentía ni por sus riesgos ni muchas veces por su calidad. De hecho este año nos encontramos frente al cartel del FIB mas flojo, conservador y low cost de los últimos años. Casi apetece más aquel de 1993 y es triste porque no estamos disfrutando precisamente de malas cosechas musicales.