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"Soy funcionario público y después de lo escuchado en las últimas horas empiezo a estar tan harto de quienes me consideran un parásito social como de los que se empeñan en meterme en el grupo de los ciudadanos “más desfavorecidos”. Pues no, de ninguna manera, ni una cosa ni la otra. Soy un trabajador que vive de su sueldo y que ha visto que, en los años de bonanza, en el sector privado se ganaba mucho más por hacer lo mismo que yo hacía, y mi sueldo apenas subía. Por supuesto, hablo exclusivamente de mi caso. Pero ahora que vienen mal dadas, prefiero mil veces que reduzcan el sueldo a pasar por el terror a quedarme sin empleo. Y mi estabilidad laboral garantizada me permite, con todos los recortes “sociales” que se quieran, atravesar con más o menos dificultades, pero con tranquilidad, esta situación tan dramática para otros. No, por mucho que se empeñen algunos, los funcionarios no somos los más débiles, ni tampoco lo son los pensionistas con pensiones medias o altas, ni las madres que no perciben el cheque bebé, inexistente hace tres años. Nosotros podemos resistir infinitamente mejor que los empleados o los parados, porque estaremos apretados, pero no ahogados en el desempleo sin salida.Apoyo las medidas del gobierno porque es este momento no queda otra y creo que los sindicatos se equivocarán si plantean una huelga en el sector público. No se puede decir que “hay un acuerdo de retribuciones y debe cumplirse”, a rajatabla, como si las circunstancias no hubiesen cambiado, independientemente de quien sea responsable de la crisis. Para huelga en el sector público, la que hace mi compañera de despacho, que llega media hora tarde todos los días y nunca le han descontado un céntimo. Y encima está indignada por el recorte."
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Comentario de Ginzburg en Público
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