La atrincheradísima política española genera extraños fenómenos ideológicos. Las alianzas, afinidades y antagonismos sociológicas de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, permiten que determinadas iniciativas políticas acaben cuajando de forma inesperada en contextos políticos a priori no precisamente proclives.
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¿ Quién iba a decir que sería el Aznar quién eliminaría el patriota servicio militar obligatorio ? ¿Se imaginan que esa medida la hubiera tomado Felipe González ? Y haciendo el razonamiento inverso ¿ Se imaginan la reacción si Rajoy hubiera acordado el corsé socioeconómico presentado esta semana por Zapatero ? Cada partido tiene sus vasos vinculantes con ciertos estamentos sociales. El PP con el ejército o el PSOE con los sindicatos son claros ejemplos de clara afinidad . Ambos tienen la capacidad de activar, movilizar o bién apaciguar determinadas reacciones sociales de forma casi tácita y automática. Es algo que se pudo ver nitidamente en las negociaciones del Gobierno con la banda terrorista ETA durante la pasada legislatura.
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Por eso mismo no les quepa la menor duda de que ETA (o para entonces volverá a ser el MNLV) acabara "rindiéndose" ( negociando discretamente su desaparición ) bajo un Gobierno del PP y posiblemente el mayor recorte de derechos sociales de la historia y la consecuente debacle de los sindicatos se va producir bajo la hégira de Zapatero.
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