El final de la cuenta atrás

El próximo domingo 23 de Mayo tras 6 temporadas de emisión Perdidos llega a su fin. Como ya comenté, no me es nada fácil hablar de Lost y por supuesto muchísimo menos a 72 horas de su conclusión.

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Pero en pleno umbral del fin, sí que me atrevo a lanzarme a la piscina y afirmar que la serie puede gustar o no, o puede que la gente se haya cansado, o no, de seguirla, pero la clave para mí es que Lost no ha traicionado su esencia ni su estructura narrativa. Y aquellos miedos iniciales que Stephen King tan bién resumió en su celebrado artículo de EW no se han hecho realidad.

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Todos sabemos que las series de televisión, o los comics en menor medida, no dejan de ser megaproyectos de mastodónticas corporaciones donde la narrativa está sujeta a intereses empresariales. Es lo que pedantemente me gusta llamar el gen egoista . Independientemente de líneas argumentales, se debe perpetuar al producto, si eso implica mantener "duelos a muerte" entre heroes o villanos de forma sistemática, resucitar muertos, etc... pues que así sea. (Quién esté interesado en ampliar información de las reacciones de los fans ante los extraños giros argumentales, leánse Misery) The show must go on a toda costa.

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Lost ha sido capaz de mantener un precario equilibrio entre satisfacer unos intereses empresariales de forma sostenida durante 6 años, a la vez que ha logrado establecer un esquema narrativo que, repito, puede ser más o menos satisfactorio, pero que ha funcionado. Y lo mejor, y lo que más miedo le daba a Stephen King, el próximo domingo la serie concluye. Ambos logros son cosas que muchísimas otras series han sido incapaces de lograr al perderse en derivas narrativas, siendo canceladas inmisericordemente o perdiendo todo interés. Lost es una proeza a todos los niveles y pasará a ser el standard con que buena parte del entretenimiento venidero será juzgado.

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Nacho Vigalondo hace bién poco afirmaba que perderse Lost era cómo si celebraban Woodstock en un descampado en la puerta de tu casa y uno decidiera ignorarlo. Lost es posiblemente el fenómeno cultural más significativo de nuestro tiempo . Si cuando hablamos de los 60 nos vienen a la cabeza imágenes de Flower Power, o la década de los 80 invocan pixeles iniciáticos, Lost es el gran fenómeno cultural de esta primera década de milenio y está destinado a formar parte de su iconografía oficial. Nosotros estuvimos allí.