Burbuja y Brandy

No se si se han fijado en unos ostentosos anuncios del grupo empresarial Nueva Rumasa donde nos invitan a los españoles a participar de una ambiciosa ampliación de capital de su grupo empresarial. Hasta aquí todo bien ( Obviando ciertas peculiaridades en su estilo comunicativo donde se anuncian creaciones de puestos de trabajo como si eso le hubiera importado alguna vez al inversor, más bien lo contrario ) se trata de una empresa que licitamente no quiere recurrir a los mercados de capitales y prefiere recurrir a particulares para financiar su expansión.




No obstante y pese a la formalidad legal aparente la CMNV ha levantado la voz de alarma ante ciertos aspectos preocupantes de esta iniciativa y que tienen que ver con las garantias ofrecidas a los inversores. Tras revisar el anuncio adjunto no me ha extrañado esta reacción siendo uno de los avales de mayor peso de la inversión ni más ni menos que unas "extraordinarias existencias de viejísimo brandy de Jerez" valoradas en 1.200 millones de Euros por un excelso especialista del IESE. !!!

No entraré a ponderar la valoración técnica. Mi desconocimiento enológico es absoluto pero sí que creo que es interesante analizar lo que realmente significa ese stock disponible así como poner en perspectiva lo que es un valor técnico/teórico y su valor de mercado así como los ecos que esta diferenciación tiene en otros mercados.

El brandy reserva de Jérez se presupone que es un artículo exclusivo consumido por un reducido y selecto segmento personas de alto poder adquisitivo. Son personas dispuestas a pagar, pongamos un ejemplo, 60 € por una botella de una bebida de alta gama. Podemos pues llegar a la conclusión de que cada botella puede tener ese valor de mercado. Si un día un despistado jefe de almacen descubre una bodega escondida donde hay pongamos miles de toneles, significaría que el valor de esa empresa pasaría a multiplicarse de la noche a la mañana tras el hallazgo. Pues no. Y no porque no estamos hablando de, por ejemplo, petroleo sobre lo que existe una demanda infinita sino de un brandy que posiblemente la demanda para 60 euros la botella está mas que de sobra cubierta con la oferta existente. Sí,se podría masificar un brandy exclusivo y hacerlo más barato y masivo pero eso implicaría un cambio de estrategia , una reducción del precio por unidad (Y por lo tanto de la valoración) y el riesgo de devaluar un nombre que es exclusivo porque precisamente se bebe en circulos muy selectos. (Incluso el descubrimiento podría significar una "pierrecardinización" de un artículo de lujo. ) El valor de algo solo se puede sustanciar si existe tiene salida en el mercado. Conclusión: efectivamente desde un punto de vista estricto el stock puede valer 1.200 millones de Euros pero sí sólo existe una demanda anual de, digamos, 10 millones de Euros , quizás el valor de esos activos para garantizar ciertas inversiones debiera ser matizado.

Algo parecido pasa con el mercado inmobiliario. Esta misma semana la agencia de rating Moodys le ha sacado los colores al conjunto de la banca nacional al poner en evidencia sus estratagemas para ocultar la mora existente en el sector. Los bancos, constructoras, promotoras y propietarios se niegan a reconocer que los activos que poseen, tan valiosos tecnicamente como un incunable brandy, pueden llegar a no valer nada si no existe una demanda en el mercado para su producto. De ahí lo ridiculo y engañoso que pueden llegar a ser las tasaciones si están desprovistas de una base de demanda efectiva. Las consecuencias de este toque de atención podrían ser fatales para los balances de las entidades bancarias que se verían obligados a provisionar los creditos defectuosos.

Y todo esto me recuerda al gran refran sobre el carácter alicantino: "Si quieres hacer dinero, compra a un alicantino por lo que realmente vale, y véndelo por lo que dice que vale". Quizás este refrán ( Que también he oído aplicado a los ciudadanos de cierto país sudamericano...) se podría reformular en nuestros burbujistas días como "Compra algo por lo que vale y véndelo por lo que te diga el tasador de turno que vale". Lástima que pese a lo prodigioso del negocio, quizás no haya nadie que lo recompre, sería mucho mejor negocio simplemente venderlo por lo que te dieran y, más importante, te pudieran pagar.