jueves, 18 de diciembre de 2008

La matraca de la productividad


Un administrativo español medio


A raiz del rechazo de la jornada de las 65 horas por el Parlamento Europeo, muchos cronistas y tertulianos se han apresurado a criticar el alborozo político y social creado por esta decisión dada la asignatura pendiente de nuestra cacareada falta de productividad.

Esta asociación me parece extraña por dos razones:

1) Trabajar más horas no es sinónimo de productividad sino de todo lo contrario. ¿No? Si se quiere aumentar la productividad, se debería tender a tener quelograr trabajar menos horas, otra cosa es que se quiera ahorrar personal sobrecargando horas extras en vez de ampliando pantillas.

2) Mi experiencia laboral hasta ahora me dice que la baja productividad de nuestro país no está relacionada con la actitud de los españoles o los mitos de nuestra molicie sino sobre todo con la falta de organización y gestión de gran parte de nuestros empresarios, directivos y cargos intermedios. Efectivamente cuando nuestra economía andaba dopada con el ladrillo y todo funcionaba casi porqué si, pues las plantillas aguantaban pero al caer los resultados, ha quedado en evidencia que muchos empleados eran (o somos) supérfluos. El ser más productivos supondría plantillas mas ajustadas pero mejor remuneradas y una adicional mayor capacidad de creación de tejido empresarial.

¿ Quien no se ha visto obligado a hacer horas extras no tanto por la carga de trabajo sino por una pésima planificación ? ¿ Quien ha dedicado horas de trabajo a algo que no sirva para nada ? ¿ Quien no ha tenido enormes tiempos muertos y picos absurdos de trabajo ? ¿ A quien le pagan las horas extras por cierto ? Al menos en mi ecosistema profesional de la administración de una Pyme es el pan nuestro de cada día.

Es obvio que pintan muchos bastos para nuestro mercado laboral, pero queridos cronistas no lo achaquen a falsos mitos ibéricos sobre la vagancia y la haraganería sino a nuestra gran clase empresarial, que eso sí, no dejan de ser también muy españoles.

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