PostFIB 2010: Whatever works

Pues ya estoy de vuelta de esa anomalía que se ha convertido el FIB: un festival organizado en España por ingleses y para ingleses donde la música ha dejado paso a ser algo prioritario ( Para música los británicos tienen ya una abundante oferta en la puerta de su casa), donde prima el sol y la playa por la mañana y el cachondeo desde que cae la noche hasta el amanecer. En esto ha quedado el festival decano de España que nació como escaparate de culto de la música independiente nacional e internacional. A la postre no deja de ser una aplicación de la división internacional del trabajo de la que hablaba David Ricardo y Adam Smith. A España se nos da bién lo que se nos da bién y Olé. (Una pequeña crueldad que no hace honor a la verdad y al Primavera Sound me remito...)

Lo peor de todo es que de alguna manera funciona. Esa mezcla de hedonismo y hacinamiento convierten a este festival en una de las pocas propuestas para los jóvenes que supone una experiencia, no necesariamente edificante, pero sí diferente al esquema standard de ver conciertos de una manera previsible y civilizada. En el FIB ya sabes que te puede pasar de todo y no necesariamente deseable.

Y mi review, pues poco importa. Tienen cientos de webs y blogs donde podrán consultar voces acreditadas sobre las gansadas de Casablancas, el espectaculo de Gorillaz o las misteriosas cancelaciones de Lilly Allen. A mí me hizo ilusión ver a Jorge Martínez, fue un placer conocer a eMeOeLe y a Risingson, repetir proezas de baja intensidad con la Ninja Crew y como siempre disfrutar de la infinita hospitalidad de los amigos castellonenses. Y por una vez digo que si puedo repetir condiciones y plantilla, volvería el año que viene.

PS: Desde aquí un saludo a los que otros años sí pudieron venir y que, por supuesto, se les echó de menos.