domingo, 23 de septiembre de 2012

Cry, Argentina, Cry (y2)

Argentina ha saltado recientemente a la palestra por la asilvestrada expropiación de YPF. Sólo sobre esta decisión podríamos escribir varios posts remontándonos entre otros datos al pecado original de la misma que no fue otro que su venta a precio de saldo a Repsol en aquellos locos años 90s,  donde,  con el objetivo de atraer la inversión extranjera, se sumergió todo el país en una vorágine neoliberal . El resultado final estuvo más cerca de un saqueo organizado donde las "elites extractivas" se forraron y la población quedó arruinada por décadas (¿Les vuelve a sonar?)

Gran parte de la política actual de Cristina Fernández Kirchner va en línea con revertir una serie de medidas que convirtieron a Argentina en una economía absolutamente desequilibrada. Desde hace ya unos años el Gobierno ha decidido intervenir en la economía de manera muy notoria: cerrando el país a las exportaciones extranjeras, renacionalizando industrias estratégicas, estableciendo unos controles de cambios orwellianos, etc...

A cualquier ciudadano occidental  le sorprenderá ver como muchas de las medidas del gobierno le recuerdan a aquel infame "corralito" pero desde la óptica de la Casa Rosada el problema no fue aquella dramática medida, aquello fue la solución al problema que supuso establecer una paridad peso argentino con el dólar norteamericano y abrir la economía a la globalización. Esa fue la raíz del problema, el "corralito" fue una consecuencia ante  la inminente  descapitalización del país. (Eso no quita que dicha medida haya estigmatizado para siempre a Argentina como un país que no es de fiar...)

El gobierno Argentino inspirado en las políticas de Brasil, Ecuador o Venezuela ha decidido dejarse de doctrinas económicas ortodoxas à la Friedman y ha sustituido la mano invisible de la Globalización por una serie de tentáculos dispuestos a intervenir en todas las esferas de la economía con el fin de crear una "Argentina SA" que de un saldo positivo en su balanza de pagos. 

Apoyándose en un patriotismo económico burdo pero efectivo, el gobierno está controlando los pagos al exterior, creando barreras de entradas inauditas, limitando las cantidades de divisas que los ciudadanos pueden comprar, obstaculizando sus salidas al extranjero, inaugurando peregrinos impuestos al consumo, etc...

Y lo peor de todo es que puede que hasta funcione y todo. Miren lo que ha hecho China y no le está yendo precisamente mal. La mezcla de intervención, capitalismo y explotación funciona. ¿Que se hace a expensas de la libertad de los ciudadanos?, ¿que coarta la libertad de empresa?,  ¿que fomenta la corrupción?... A todo que sí... Pero a la postre se consigue enderezar las balanzas de pagos, se fortalece el crecimiento interior  y se habilita el ejercer un  control sobre la política macroeconómica.

Podremos estar, o no,  de acuerdo con la política de Fernández-Kirchner. A mí que la he vivido de manera tangencial  como sociólogo turista me pareció asfixiante a nivel individual pero lo dicho puede que colectivamente acabe por generar beneficios que compensen los atropellos.

Lo que si que tengo claro es que a día de hoy el Gobierno Argentino tiene más capacidad de decisión que España, Grecia o Portugal, países atrapados en un esquema político, institucional y económico en el cual hemos perdido completamente el control de su destino. Nos guste o no, nos hemos convertido en pseudo-naciones en lo que a nuestra soberanía económica se refiere.

2 comentarios:

guillermer dijo...

estaba esperando un post tuyo acerca de los maderos entrando en la estación de atocha y demás.... pero parece que estas busy con la politica internacional XD
abrasus
g

Paolo2000 dijo...

Bueno, como digo, lo de Argentina puede ser un probable escenario futuro para España y al paso que vamos...