¿Puede un país estar permanentemente en campaña electoral? España, por supuesto que sí. Con la crisis económica arreciando en su máxima intensidad nos encontramos ante un razonable cuestionamiento y descalificación del Presidente del Gobierno. Que la gestión del Gobierno con la Crisis ha sido deficiente, desparafraseando a nuestro Premier, no es algo opinable, es algo evidente. No se supo prever la intensidad de las turbulencias que se acercaban y en todo momento se intentó minimizar su impacto. Esto es un fracaso político de primer orden. No obstante también se debe reconocer que se han puesto en marcha una serie de medidas, con el fin de reactivar la economía que podrán estar equivocadas o no pero tienen cierta lógica o sensatez .
Sin embargo, gran parte de los medios y el PP, y su mini-yo: UPD, han decididido llevar hasta sus últimas consecuencias su visión vudú de la política española: la culpa de todo lo que le pasa a este país es de Zapatero y cualquier noticia es susceptible de convertirse en un punzante alfiler. Toda los mensajes que emiten estos partidos, determinados periódicos, diversas emisoras e infinidad de blogs es un clamor
ad hominen. La estrategia comunicacional
ad hominem es tremendamente efectiva y economiza mucho en razonamientos y justificaciones. Consiste en descalificar al personaje a priori para luego a posteriori poder cuestionar cualquiera de sus medidas. Como bien nos apunta la wikipedia en su entrada
“Falacia Ad hominem” el esquema sería el siguiente:
La falacia ad hóminem consiste en intentar descalificar personalmente a un adversario, en lugar de refutar sus afirmaciones.
Una falacia ad hóminem tiene esta estructura:
A afirma B;
Hay algo cuestionable acerca de A,
Por tanto, B es falso.
Para qué discutir si cualquier política o medida es positiva, negativa o puede ser mejorable, ¿No es más fácil concluir que Zapatero es un inútil, un mentiroso, un bobo y alguien en que no se puede confiar en absolutamente nada? Con Zapatero cualquier descalificativo nunca está de más y por supuesto hay cabida hasta para conceptos aparentemente contradictorios. Lo mismo se puede afirmar que es un autoritario que quiere adoctrinar a nuestros niños que acto seguido se convierte en un pusilánime que rinde el Estado de Derecho a los terroristas, lo mismo es alguien que claudica ante la crisis al dar por buenas previsiones negativas sobre nuestra economía que al mismo tiempo nos quiere ocultar la realidad económica, lo mismo es un débil que se ríen los bancos de él ante los jueces que es un chulo desafiante ante el poder judicial, lo mismo se dice que está paralizado que cualquier cosa que se plantea es una improvisación. Cualquier acto o decisión del Gobierno se modula indefectiblemente en su contra.
Por supuesto, cualquier cosa que haga o diga un político nunca debe estar exento de cuestionamiento o discusión, sin embargo el grado de vudú y transferencia de yu-yu que estamos alcanzando con Zapatero desafía cualquier cota de crispación. Yo entiendo una tensión legítima en periodo electoral pero esta erosión permanente y cuestionamiento de toda iniciativa gubernamental en un periodo tan crítico como éste donde es necesario reestablecer unos mínimos de confianza me parece contraproducente . El castigo a un Jefe del Ejecutivo no es otro que perder las siguientes elecciones generales y que yo sepa quedan 3 años. ¿ Es necesario emitir cada uno de los días que quedan hasta esa fecha una moción de censura? Me gustaría pensar que detrás de todo esto, existe una estrategia electoral (La cual sería dudosa visto lo visto) o una política comercial de medios discutibles, pero a uno al final le viene a la cabeza, la historia del escorpión y la rana que quieren cruzar el río y aquello de: “No puedo evitarlo. Es mi naturaleza”