La cultura japonesa siempre ha tenido una gran capacidad para cristalizar de forma espectacular los miedos contemporaneos a través de películas, manga o televisión. Si Godzilla hablaba de las monstruosidades que podía desencadenar el desarollo tecnológico o Battle Royale de las inquietudes que las nuevas generaciones producen, Ikigami actualiza el nuevo miedo oficial de los japoneses: la crisis y el estancamiento económico.
En un futuro no muy distante, Japon con el fin de aumentar su productividad, reducir el desempleo y motivar a la población a combatir la apatía, apreciar y disfrutar de sus vidas, decide en virtud de una misteriosa Ley de Prosperidad Nacional, inocular aleatoriamente en uno de cada mil niños un nanodispositivo que llegado un punto entre los 18 y 24 años se activará provocando la muerte del sujeto. La película, basada en un comic, tiene como protagonista a uno de los agentes encargados de notificar a los sacrificados por la prosperidad nacional (sic) que desde ese momento sólo disponen de 24 horas de vida.
Ikigami no pasa de ser un entretenido batiburrillo entre la Fuga de Logan, Gattaca y Blade Runner, pero no está mal como medium para interpretar al Espíritu de la Epoca de Hegel (Zeitgeist) o el Sign o'the Times que diría Prince y en eso apunta varias cosas interesantes: ¿Puede la Crisis cosificarse y convertirse en el nuevo Mal que lo justificará todo? ¿ Se desarrollarán formas más drásticas de control social ? ¿ Necesitamos tener presente la muerte para poder disfrutar de la vida ?
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