Los más agoreros a la hora de poner el grito en el cielo por la debacle socioeconómica española mentaban el caso argentino. Las diferencias son muchas pero sin duda hay un elemento que nos une y no es otro que lo que podriamos llamar el "espejismo de la divisa".
Argentina en los años 90 decidió establecer un cambio fijo con el Dolar americano. Esto venía a decir que el Banco Central Argentino se comprometía y garantizaba a cambiar siempre cualquier peso argentino por un dolar americano a una tasa fija. Esto a priori supone un tremendo boom para el país al ser conscientes los acreedores e inversores que aquellas deudas y inversiones están vinculadas a la solvencia de la Divisa Alfa que era el dolar americano. No existía el riesgo de la devaluación a la hora de repatriar dividendos lo cual suponía un gran estímulo para prestar fondos e invertir capital.
Sin embargo de forma sorda y constante aquella equiparación monetaria condenaba a Argentina a vivir un sueño que rapidamente se convertiría en pesadilla. Durante muchos años aquella ficción nacional permitió a los argentinos gastar, consumir y endeudarse por encima de sus posibilidades. La fortaleza de la divisa supuso un amplio acceso al crédito en los mercados internacionales, un desplome de las exportaciones, un alza de las importaciones y una hemorragia en el deficit de cuenta corriente. Hasta que llegó el colapso. En cuestión de unas semanas el peso argentino pasaba a valer un 25 % de lo que valía. Por así decirlo la economía argentina necesitó empobrecerse un 75 % en una escala internacional para ajustar su posición en la economía mundial. Tomemos nota.
PS: Para aquellos interesados en la historia del descalabro argentino, les recomiendo el elocuente documental "Memorias del Saqueo"
PS: Para aquellos interesados en la historia del descalabro argentino, les recomiendo el elocuente documental "Memorias del Saqueo"
1 comentario:
Empieza a oirse por el financial times el run run de que "a lo mejor una salida temporal2 del euro sería lo mejor para Grecia.
Yo a eso casi me apunto para lo nuestro.
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