The Modern Age (2)

A la felicidad por el cartón-piedra.

Hace poco con la excusa de Joy Division hablamos del tan discutido concepto de la modernidad . Como ya mencionamos solo su nombre suele irritar e invocar imágenes de personas de aspecto detestable, dedicadas a todo tipo de actividades peregrinas como ser DJ, diseñador gráfico, coolhunter, etc... La modernidad es un concepto tristemente muy pervertido...

No obstante prefiero mil veces a cualquier modernez que asistir a artículos tan viejunos, románticos y absurdos como éste de Nativel Preciado. Les copio y pego uno de sus estremecedores párrafos:

Vivir en el centro de una gran ciudad tenía muchas ventajas. El quiosco de periódicos, el café de la esquina, la panadería, el mercado, la sucursal del banco y, sobre todo, el cine de barrio, estaban situados a un tiro de piedra. Y no sólo eso, la gente se conocía por su nombre, de modo que a los clientes se les fiaba en todas partes. El panorama ha sufrido un cambio radical. El café y la panadería pertenecen a una franquicia, cambian con frecuencia a los empleados del banco para evitar confianzas excesivas con los clientes, los mercados han perdido la batalla contra las grandes superficies y las salas de cine están en vías de extinción. Nos obligan a pasar por el aro del sistema self service y los servicios on-line, desde las gasolineras o el cajero automático a los trámites burocráticos. Me sugieren que no debo oponerme al signo de los tiempos, pues comprar por Internet también tiene sus ventajas: ahorra tiempo y dinero. Y, sobre todo, añado yo, puestos de trabajo.

Volvemos de nuevo al concepto UrPop de imaginar un pasado utópico y ficticio antes de que llegara la Gran Corrupción de la pérfida modernidad. Se ve que esta señora tiene en mente la calle de Barrio Sésamo con Chema, el kioskero, si me apuran hasta Espinete y donde suena de forma permanente la canción "Viva la gente".

Estoy convencido que esta misma señora hace 15 años hizo algun otro artículo donde se quejaba de que los cines de barrio están llenos de adolescentes indeseables, que se tiraba media hora en la carniceria para poder comprar 200 gramos de jamón serrano y que verguenza el tener que perder toda la mañana con papeleo en la Administración. Se ve que ahora echa de menos ese "human touch" de las colas.

Sobre su comentario del mercado laboral, ¿ Qué añadir ? Me parece que el editor del periódico o estaba de vacaciones o le ha dado pena llamarle la atención a la señora, porque vaya insensatez decir que las nuevas tecnologías quitan puestos de trábajo. Se ve que esta señora prefiere que su hijo fuera repartidor de un ultramarinos que programador informático.

Me aburre tanto la cantinela sobre el impacto de las nuevas tecnologías y esa nostalgia absurda de no se sabe bien qué. Las relaciones humanas no se crean ni se destruyen solo se transforman. Y quien reclama y reivindica el pasado, posiblemente está echando de menos su infancia, juventud, y/u otros tiempos que se recuerdan como felices, y eso pues no es lo mismo.