Wall Street 2

Hoy voy a ejercer el maravilloso oficio de crítico de cine que no ve las películas y escribe de oídas. . Y digo esto porque mucho me temo que no voy a ir al cine a ver "Wall Street 2". Mi gran esperanza de que la última película de Oliver Stone se conviertiera en el lienzo definitivo de la Gran Recesión parece esfumarse.

Ya sólo en el trailer se vislumbran indicios de cartón piedra emocional con ese personaje de la novia del protagonista ( Hija de Gordon Gekko) o cierta filosofía tróspida con las fracesitas de rigor "Lo difícil no es entrar, lo difícil es salir".

Al igual que su precedesora, "Wall Street 2" parece estar centrada en una relación mefistotélica (La canción del trailer sin ir más lejos es "Sympathy for the Devil" ) entre pupilo y maestro que tienen interpretaciones sociológicas contempoóraneas: la tentación de la sociedad de sucumbir al vil metal y abandonar toda ética, valores y hasta capacidad de raciocinio. ¿Les suena lo de todo tiene un precio ? En el corazón del capitalismo moderno sea cual sea éste, ellos pueden pagarlo.

Una de las mayores críticas que ha despertado la película es que acaba por centrarse demasiado en la relación personal entre los dos protagonistas. La gente espera una radiografía certera de los tiempos que corren y acaba viendo un pique entre padre (espiritual) e hijo. Algo parecido pasa con "The Social Network" que al final no deja de ser el retrato de una traición entre amigos con, de nuevo, el vil metal de fondo. Y es que por mucho que adornemos nuestras fábulas modernas con inintelegibles productos financieros o complejas redes sociales hi-tech , al final no dejan de ser atrezzos para derivados actualizados de las historias de toda la vida: "chico-conoce-chica", "amigo-se-pelea-con-amigo", "padre-contra-hijo", etc...