Tras el esotérico preambulo de ayer, encaro la rentrée con la amarga conclusión de que la economía no arranca. Son ya casi tres años desde que comenzó el deterioro y seguimos sin dar signo alguno de reactivación. No hay brotes verdes que valgan salvo las mejoras estacionales propiciadas por el turismo. Nuestro futuro sin duda estará vinculado a la recuperación mundial pero podemos ya concluir que España está protagonizando su particular y exclusiva Gran Recesión, que veremos si no acaba en Depresión.
El desequilibrado modelo productivo español intoxicado por el exceso de crédito mundial y la entrada en la moneda única, creó el espejismo de una economía invencible que ha acabado por colapsarse y enterrar su futuro y prosperidad en cemento abandonado con un roñoso cartel de "Se vende".
El paro está desbocado y no existen indicios de que ningún sector vaya a contribuir a su reducción. Nuestra productividad y competitividad está por los suelos. Nuestros sueldos se hacen insoportables para las empresas y las Administraciones pero al mismo tiempo no permiten un consumo desahogado. El Estado tras los planes de estímulo iniciales se encuentra sin resuello y acorralado por los mercados financieros internacionales y apenas no tiene más margen de maniobra. En definitiva: Nos hemos colapsado.
¿ Y qué solucion tenemos ? Ninguna fácil y , por supuesto, ninguna indolora. Yo ya dije en su día mi descabellada receta y tristemente lo que parecía una barbaridad, que lo era y lo es, en algunos casos se ha quedado hasta corto.
Y vuelvo a lo dicho una y otra vez. La clave sigue estando en los cientos de miles de millones de Euros atrapados en propiedades y promociones inmobiliarias semidesahuciadas que cajas, acreedores y propietarios se niegan a aceptar que valen mucho menos de lo que quieren pensar. Eso es lo que me da más miedo. 3 años después del inicio de la crisis y seguimos como país sin dejar atrás la Fase De Aceptación.
El desequilibrado modelo productivo español intoxicado por el exceso de crédito mundial y la entrada en la moneda única, creó el espejismo de una economía invencible que ha acabado por colapsarse y enterrar su futuro y prosperidad en cemento abandonado con un roñoso cartel de "Se vende".
El paro está desbocado y no existen indicios de que ningún sector vaya a contribuir a su reducción. Nuestra productividad y competitividad está por los suelos. Nuestros sueldos se hacen insoportables para las empresas y las Administraciones pero al mismo tiempo no permiten un consumo desahogado. El Estado tras los planes de estímulo iniciales se encuentra sin resuello y acorralado por los mercados financieros internacionales y apenas no tiene más margen de maniobra. En definitiva: Nos hemos colapsado.
¿ Y qué solucion tenemos ? Ninguna fácil y , por supuesto, ninguna indolora. Yo ya dije en su día mi descabellada receta y tristemente lo que parecía una barbaridad, que lo era y lo es, en algunos casos se ha quedado hasta corto.
Y vuelvo a lo dicho una y otra vez. La clave sigue estando en los cientos de miles de millones de Euros atrapados en propiedades y promociones inmobiliarias semidesahuciadas que cajas, acreedores y propietarios se niegan a aceptar que valen mucho menos de lo que quieren pensar. Eso es lo que me da más miedo. 3 años después del inicio de la crisis y seguimos como país sin dejar atrás la Fase De Aceptación.
2 comentarios:
Yo si la cosa se pone muy mal me voy, hay momentos en que uno prefiere ser cola de león...
Estoy harto, no hay una catarsis que fuerce el cambio, estamos demasiado civilizados para un white riot a la griega que ponga el país patas arriba...
Es muy muy triste, pero si en la huelga no hay violencia a lo Cojo Manteca, y desesperación, y un poco de sangre, no servirá para nada. Es más, reforzará al gobierno, que se amparará en esa "responsabilidad política" que es otro nombre para el despotismo "ilustrado" (lo de ilustrado es un wanna be).
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