Desde hace un tiempo, venimos observando como ciertos rasgos mundialistas se van colando en la cultura popular occidental. Fenómenos musicales como Vampire Weekend (Por favor, no mencionen más a Paul Simon), M.I.A. o El Guincho gozan de éxito, y reconocimiento al mismo tiempo que tienen la gracia de asimilar estas influencias pero no para deglutirlas bajo un falso exotismo o el temido epígrafe de Musicas del Mundo sino que lo hacen de una manera natural. La palabra fusión es posiblemente de las más devaluadas del mundo pero en estos casos como que cobra cierto sentido. ¿Algo está cambiando?.
La culminación de esta tendencia sería la mega-oscarizada "Slumdog Millionaire" , que podríamos considerar como una especie de Titanic low cost y tercermundista. ( Las comparaciones con Ciudad de Dios son totalmente superficiales y para mí engañosas) ¿ Será capaz este romance de galvanizar y capturar la imaginación de millones de espectadores de todo el mundo o se quedará en un arrebato exótico occidental? La clave es si los espectadores del resto de Asia, Sudamérica y Africa vibrarán tanto como lo hicieron con la megaproducción de James Cameron que es sin duda sociologica e industrialmente la película más potente de las últimas decadas.
Se debe puntualizar que la película está dirigida por un inglés, rodadada en inglés y financiada desde occidente pero creo que podemos decir que es una película de India para el resto del Mundo. Y en algunas cosas es bastante valiente al no dudar en tratar temas incomodos para este país como las condiciones de vida, la corrupción generalizada, la brutalidad de las fuerzas del orden, los pogroms religiosos, etc... Se debe reconocer que Danny Boyle no se limita a pasearse con el salakoff y un cazamariposas, como el protagonista del film se zambulle en las heces. Y se puede permitir hacerlo y salir indemne porque al final, al igual que Titanic no era una película de catastrofes, Slumdog Millionaire no es una película de denuncia social, sino que ambas son simple y llanamente películas de AMOR.
Y el cálculo no es malo, si la película hubiera sido todo remanticismo no estaría lejos de ser otra producción kitsch bollywoodiana, y si fuera todo documentalismo social estaría condenada al triste circuito de festivales de cine de alto renombre pero nula audiencia. El coctel parece haber funcionado, al menos en Occidente. Aunque la prueba de fuego será comprobar si las niñas de Perú, Túnez y Korea serán capaces de ponerse en sus carpetas y habitaciones las fotos del actor Dev Patel. ¿ O todavía para ser un icono mundial uno debe ser blanco, occidental y tener un novio/novia equivalente ?
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