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Comenta con acierto uno de los integrantes de esta banda que ahora con el tiempo, todo el mundo confiesa que iba con regularidad a ese bar cuando a él solo le suenan los 4 de siempre. Es un poco lo que decía Alaska sobre la movida madrileña que si todo el mundo que dice que iba a ver a los Pegamoides fuera verdad, habrían llenado estadios. Si todos los que decimos que ibamos a la Posta fuera verdad, posiblemente habría sido una macrodiscoteca.
Yo sin ningún afán de protagonismo reconozco que si fuí pero disfrazado de grunge y con una actitud algo distante al entorno donde para que negarlo me costaba no sentirme intimidado ante la basca metal-power y punk-chaos.
Batallitas aparte. Un gran bar que forma parte de la historia sentimental de quizás no tantos y tantos alicantinos pero sí de unos buenos cuantos.
7 comentarios:
Tío, tío....TÍO!!!
De dónde has sacado esa foto? Y los conozco, a todos, joder qué tiempos!! Yo sí que iba a la Posta, y no eramos 4 como tú dices, el bar era pequeño pero cabíamos muchos apretados. :)
Y el coche?...
No dices nada del COCHE?!!!!
Un Passat?
Yo en aquella época iba en un 8 y medio. Los Passat eran de jefes.
cuanto daño han hecho lo ramones...
¿Por dónde quedaba esto? En mi generación (que tampoco está tan lejos, pero estas cosas cambian tanto que 6 o 7 años ya son un mundo) esto pasa con el Ruta66 de la Zona...
Estaba en la Zona, en la calle Rafael Terol... Pero la clave era el callejón-pasaje que se abría delante del bar que era digno de The Warrios...
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