Antes de hablar de Avatar, es inevitable sacar a relucir el "Hype" que ha rodeado a su lanzamiento y no sólo me refiero a la mastodóntica campaña de publicidad sino a toda la hipérbole que le ha rodeado en muy diversos medios. El "Hype" no es nada nuevo y ni mucho menos se ha inventado con Avatar. Desde que ha existido una idea de demanda a satisfacer, siempre ha existido la necesidad de estimularla. Anticipar, incitar a desear algo, exagerar sus atributos forma parte indisoluble no ya de cualquier sociedad medianamente desarrollada sino directamente de la naturaleza humana.
Sin embargo el auge de las redes sociales, con la consiguiente la posibilidad de discutir colectiva y masivamente cualquier producto, ha intensificado la fuente de retroalimentación espontánea del "Hype". Y su mayor peculiaridad es su capacidad de nutrirse hasta de la propia reacción negativa que genera.
Cuando se plantea que una película como Avatar es una obra revolucionaria que va a redefinir el entretenimiento del Siglo XXI, comienza a generarse inmediatamente una corriente de opinión escéptica que en breve se transforma en una oposición, que a su vez es contestada por aquellos ilusionados con el proyecto, que a su vez cargan contra los anteriores, etc... generando un choque dialéctico. Este contraste de pareceres no se caracteriza por ser un intercambio frío de opiniones sino más bién de emociones positivas (Ilusión) y negativas ("Vaya puta mierda nos quiere colar de nuevo Hollywood"). Pero ambas posturas, a la postre, se sienten conminadas a ver la película para reafirmar su posición. La cosa a veces se va tan de madre que se acaba creando la necesidad masiva de una opinión. No es de extrañar que mucha gente acabe viendo una película " para poder opinar " o "que no te la cuenten". Frases que, seguro, les suenan mucho. Al final, el "Hype" no deja de ser un movilizador de un estado de opinión ante un determinado producto pero con suculentos resultados de arrastre en taquilla.
Ah, sí, la película... Haciendo un esfuerzo de descompresión de "Hypes" y "Contra-Hypes", Avatar es narrativamente una película de ciencia ficción muy convencional. Plantea un antagonismo mil veces visto ya sea con Ewoks Vs Militares, Indios Vs Septimo de Caballeria e hilvanada con la clásica historia de amor por encima de todo. Sus logros técnicos, sin ser desdeñables, no suponen la ruptura que muchos esperabamos. Avatar es puro y plano entretenimiento y cómo tal cumple las expectativas con creces, dejándonos incluso algunas escenas e imágenes memorables, pero a diferencia del intenso "Hype" que le ha servido de heraldo, le cuesta arrancar emociones como en su día consiguió el director con John Connor o Ripley. Esperemos que en su próxima película se deje de tan largos éxodos técnicos y vuelva a centrarse en una narrativa más potente. You'll be Back, Mr Cameron ?
3 comentarios:
que tal la experiencia con las gafas??
Lo de las gafas mola sobretodo en pequeños detalles que son muy efectistas... Por otro lado insisto no es ninguna revolucion pero mola...
Es la primera vez que he ido un cine en 3D desde Moonwalker en el Disneyland de Paris hace 18 años, no ha cambiado mucho la cosa, se "fuerzan" ciertos efectos 3D para dar espectacularidad a la película, los personajes humanos aparecen un poco planos, pero entretiene.
Y en cuanto al hype, lo mejor es pasar de él, pero con internet es casi imposible, ya sabes casi todo de cualquier cosa antes de tenerla en las manos.
Publicar un comentario