domingo, 6 de diciembre de 2009

Los pecados de los padres

En 1984, Wes Craven alumbró en su película "Pesadilla en Elm Street" a posiblemente el penúltimo icono del cine de terror : Freddy Krueger. Personaje que sin duda ya forma parte del Hall of Fame del horror junto a monstruos de la talla de Drácula, Frankestein, el Hombre Lobo o Jason Voorhes... La génesis de Freddy como monstruo se establecía en el regreso del espíritu de un asesino de niños ( Originalmente se suponía que debería ser un desaprensivo pederasta que abusaba de los niños...) que había aterrado la región hace unos años y que había acabado siendo linchado y asesinado por los propios vecinos. Años después Freddy volvía para vengarse de formas muy imaginativas de los vástagos de sus ejecutores. Los pecados de los padres los acababan pagando los hijos.

Algo así me viene a la cabeza con la situación personal de Aminatu Haidar y del Sahara en general. En 1975, el gobierno dictatorial español abandonaba la colonia el Sahara y renunciaba a su administración e influencia en la región. Con esa decisión ponía fin a años de indeseable colonización española. Sin embargo Marruecos astutamente aprovechó la inestabilidad regional para ocupar y anexionar el Sahara en su práctica totalidad, frustrando y reprimiendo violentamente las expectativas de independencia de los saharuies.

Desde hace unas semanas estamos viviendo la dramática situación de Aminatu Haidar, la activista política en huelga de hambre tras su expulsión del Sahara. No son pocas las bienintencionadas voces que muestran su solidaridad con la activista y que exigen al Gobierno español que interceda por ella frente al Gobierno marroquí lo cual parece razonable sin embargo la protagonista acusa virulentamente a España de complicidad y parece decidida a llevar su decisión hasta las últimas y trágicas consecuencias.

¿ Es justa esa actitud hacia España ? ¿Debemos los ciudadanos y nuestro actual Gobierno democrático sentirnos responsables de las decisiones en 1976 de un gobierno dictatorial (Que nosotros también sufriamos) y por consiguiente del destino un pueblo saharaui abandonado a su suerte tras la descolonización ? ¿ Debemos pagar por los pecados de nuestros padres ? Haidar parece tenerlo claro. Ella está más que dispuesta al martirio para golpear nuestras conciencias y provocar una mayor presión social que inste a un Gobierno, que considera cómplice de Marruecos, a involucrarse en la resolución del un conflicto en absoluto estratégico para nuestro país.

Al final todo gira en torno al concepto de responsabilidad y yo aquí me pongo "sartreiano". Haidar ha decidido emprender un camino hacia el sacrificio pero entiendo que lo hace bajo su propia responsabilidad. Si ella considera su lucha como algo sobre lo que vale la pena morir, está en su derecho, pero debe quedar claro que también lo hará bajo su única y exclusiva responsabilidad personal. Un concepto éste último algo olvidado, y que gran parte de la Izquierda actual ensimismada en sus discursos de cliché, debería tratar de recuperar.

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