Hoy toca uno de esos artículos de antialicantino recalcitrante que se dedica a ladrar su rencor por las esquinas. Y tiene huevos que lo haga precisamente en la época que Alicante me parece más tolerable: Primavera. Hay algo en los atardeceres de Abril y Mayo en nuestra ciudad que me disparan la astenia emocional. Pero no se preocupen que se me pasa rápido, cada vez más rápido de hecho.
Pese a todo, siempre me he considerado una persona bastante alicantinista. Una vez leí a Manuel Rivas que nuestra única patria es nuestra infancia y en cierta manera los descampados de la ciudad semi-desarrollista en la que me crié forman parte de mi educación sentimental tanto o más como mi familia o mis amigos. No es que nunca haya pensado de manera chauvinista que Alicante es lo más pero siempre he tenido claro que mi ciudad formaba inevitablemente parte de mí. Y ahora es cuando veo eso hasta como un problema. Quizás reconocerme en Alicante como espejo ya no me haga precisamente gracia.
Durante mi vida he tenido la oportunidad de vivir en países tan alejados como Suiza, Estados Unidos o Túnez o incluso ya dentro de España pasar temporadas en Madrid o Valencia. Pero al final, por una razón u otra, siempre volvía a Alicante. De hecho durante un tiempo me dediqué a reivindicarla, incluso a implicarme en la defensa de una determinada idea de ciudad que algunos podríamos tener. Pero ya no más. Me rindo. Y oficialmente puedo decir que casi me arrepiento de haberlo intentado, y no simplemente haber salido corriendo como tantos otros.
En una mezcla de irresponsabilidad colectiva, urbanismo enloquecido y corrupción institucional generalizada, Alicante se ha convertido en una absoluta deriva: un erial cultural, un archipiélago de zonas semiabandonadas y lo más grave: una sociedad indolente, alejada de su propio significado y enajenada de su pasado, presente y su futuro. Y lo peor y más imperdonable, donde cada vez es más fácil aburrirse.
Y los verdaderos alicantinos me podrán decir con toda la razón del mundo que si no me gusta la "millor terreta del mon" que me pire. No se preocupen, ya estoy en ello.
PS: Entiendo que cualquiera pueda interpretar este artículo como la típica pataleta infantiloide de "Mis padres no me entienden", " El instituto es lo peor" , "Mi ciudad es una mierda"... Lo asumo con deportividad pero algo me dice que aquellos que hayan vivido en Alicante, quizás aquejados de ese mismo síndrome, entenderán buena parte de lo que he querido decir...
5 comentarios:
Te entiendo. Uno lo intenta y lo vuelve a intentar, pero todos tenemos un límite. De todas formas, este artículo es para leérselo varias veces. Un abrazo.
Si te sirve de consuelo, desde aquí siempre la he visto un poco así (Aunque no tan bien expresado). Canción de propina: http://youtu.be/wOrILYGV6dE
En fin, tampoco me hagan mucho caso... Será la astenia primaveral...
como que estas en ello?? Nos abandonas buscando otras patrias?? Que hará el herculanismo ante tu ausencia??
Más que otras patrias, otros municipios... Y lo del Herculanismo, estoy con la moral baja... creo que no repito abono ya el año que viene...
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