Pues sí, ya llevaba un tiempo dándole vueltas sobre cual debería ser el destino de este blog, si dejarlo en respiración asistida o aplicarle una triste pero necesaria eutanasia para no prolongar más la agonía. Pero para cuando me quise dar cuenta, reparé en que este blog ya estaba muerto. Descanse en Paz.
No pienso aburrirles con un minucioso informe de las causas de fallecimiento pero como manda la ley, me limitaré a recoger los puntos claves del deceso.
El blog "No en Portland" nació en 2008 con mucho vigor y estuvo en activo hasta 2013 donde en una fecha indeterminada murió. Su temática era "pajera". Es decir su autor hablaba de lo que le venía en gana ya fuera política, cine, música, videojuegos o, por supuesto, OVNIs. Era lo que se ha llamado un blog personal frente a otros que optaron por un enfoque más temático o especializada.
En el momento de su fallecimiento el blog mostraba unos más que evidentes signos de decaimiento y deterioro. El ritmo de actualización había pasado de casi un post al día a casi un post al mes a directamente no publicar nada. Era un blog que había dejado de funcionar.
¿Es la muerte de este blog un caso aislado? Ni mucho menos. Los blogs comenzaron a popularizarse en la red a principios de la década pasada. A mediados de ésta se puede hablar que hubo un auténtico boom donde ingentes personas de todas las edades nos creímos que teníamos algo que decir y lo que es más, alguien estaba dispuesto a escucharnos.
No obstante y de manera no tan evidente los blogs cubrían un hueco importante de interacción social en a través de la que, los autores construían una constelación de contactos, aliados y, por qué no, algún que otro enemigo. Muchas veces daba la impresión de que el contenido que se volcaba en los blogs era más un pretexto que la interacción que viceversa.
El advenimiento de redes sociales como Facebook, Twitter o -- risas enlatadas -- Formspring cubriría esta faceta de social media de manera mucho más efectiva y dejando a los blogs como vectores de contenido, lo cual supuso un mazazo doble a la blogosfera. Por un lado les quitó esa componente social pero por otra les obligó a plantearse el contenido que generaban no sólo en la calidad (Contar lo que hacías en un blog se hacía mucho menos relevante, debías aportar) sino también en formato (La gente tiene cada vez menos tiempo y atención para lo que tengas que decir) y temática (Lo especializado acaba por imponerse al generalismo "pajero"). Tu público ya no te esperaba donde antes y te lo dice una persona que ha sido tanto autor como consumidor de blogs.
Vamos que "No en Portland" era un candidato propicio en una población de riesgo donde la mortalidad en los últimos tiempos ha sido elevadísima. Su fallecimiento obedece a causas, pues, a razones convencionales y explicables. Expediente cerrado.
Pues eso. Se acabó "No en Portland". ¿Qué les puedo decir? Yo me lo he pasado muy bien. He disfrutado mucho escribiendo, siendo leído e interactuando tanto virtual como en el mundo real. Y, bueno, como ya saben de una manera u otra pueden seguir en contacto conmigo a través de redes sociales, algún que otro blog auxiliar o, demonios, tómense una cerveza conmigo.
Gracias por leerme. Aquí les dejo más de 1000 entradas por si por inexplicables razones les apetece seguir haciéndolo.
Hasta pronto.
Hasta pronto.
Pablo