domingo, 20 de febrero de 2011

Rage Against The Machine




En 1992 "Rage Against The Machine" editaba un disco que agitaba a la muchachada global como no se veía desde, ejem, bueno, el año anterior con el "Nevermind" de Nirvana. No obstante el "Nirvanazo" difiere bastante en el impacto que tuvo el disco de RATM. El homónimo disco de los angelinos fue un trallazo y les otorgó un éxito descomunal del que pocos grupos reivindicativos o contestarios pueden alardear, sin embargo la irrupción de Kurt Cobain supuso un auténtico cambio de las reglas de juego de la industria cultural a niveles más allá de los estrictamente musicales. RATM nunca sería un grupo que entrara en los charts o en el mainstream y se quedó con un curioso status de grupo de rock de culto masivo que a día de hoy pervive.

Por supuesto su decisión de publicar con Sony, ya fuera crematística o fruto de una estrategia de entrismo troskista, no les hicieron ganarse nunca el favor de la crítica o de la inteligentsia que les veían como un estridente cliché. Pese a todo, cualquier persona con un mínimo bagaje de cultura rock deberá hacer un acto de extremo cinismo, no reconociendo las virtudes de sus discos.

Sin embargo no he venido aquí a glosar la indudable calidad musical de "Rage Against The Machine" sino recordar la portada de su primer disco con ese monje que se prende fuego en Vietnam en protesta por la ocupación norteamericana ( Hace unos años en un viaje en Vietnam acabaría visitando el templo donde hizo la protesta y en el que se erige un museo donde se conserva hasta el coche que sale en la foto)

Mucho se ha venido hablando de las saludables revueltas árabes y el papel de las redes sociales pero no olvidemos que todo empezó con un pobre hombre prendiéndose fuego en una pequeña ciudad de Túnez. Una vía de sacrificio personal que va más allá que hacer un cómodo Retweet y que ya entendieron, no se si todos los miembros de RATM, pero sí al menos Zack De La Rocha.

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