Ayer en varios periódicos se publicaron diversos artículos de opinión criticando de forma feroz la posible iniciativa legislativa de regular los anuncios de contactos. Los argumentos son contundentes que si censura, que si intromisión del gobierno entre ciudadanos que realizan acuerdos de mutuo consentimiento, que si mojigatería, que si los ingresos, que si Bibiana Aído ( risas enlatadas ), etc...
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Sin embargo todo su enfoque me parece incorrecto y hasta hipócrita. De nuevo como en el caso de los toros el debate no se plantea en la arena que le corresponde. Es evidente que detrás de los anuncios de contactos existe una poderosa mafia donde mujeres son obligadas a trabajar de forma ilegal, desprotegida y abusiva. También es cierto que los anuncios son la pequeña punta del Iceberg y que reducir un fenómeno tan vasto como éste a la prohibición de los anuncios es también un poco ridículo. (Si se producen actividades ilegales como sospecha el gobierno los anuncios de contactos son un directorio ideal para localizar a los presuntos delincuentes)
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A la postre la salida más noble que tienen los periódicos es defenderse como lo hizo el honrado Larry Flynt quién reconocía que lo que hacía podría ser dudosamente moral pero que los derechos constitucionales le protegían como al mas recto de los ciudadanos. Lo mismo deberían decir los periódicos: "Posiblemente nuestros anuncios dan cobijo y plataforma a una industria de explotación sexual pero ellos pagan por los anuncios y nosotros en virtud de la libertad de expresión y la libre empresa los publicamos" Pero por favor no nos intenten vender su mercancia de forma engañosa como precisamente en uno de esos sordidos anuncios de contactos.
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PS: La solución más adecuada moral, legal e incluso espiritualmente (Si nos atenemos a las lecturas de Houllebecq) sería la legalización y regularización de la actividad de las trabajadoras y trabajadores sexuales. Perseguir las mafias al mismo tiempo que se empuja a las profesionales del sexo a la ilegalidad es necio e hipocrita.
1 comentario:
Es ponerle puertas al campo estando internet, y si, es una manera de rastrear mafia, pero no deja de ser incoherente que semanarios de filiación democristiana se financien con las señoras en cuestión, o no tanto tal vez: Necesitan del pecado, si su negocio es vender redención...
En cualquier caso, ese gesto inútil si se quiere, es de los pocos del ministerio de histeria feminista que tiene algo de sentido: Un periódico ha de ser responsable de todo lo que publica. Si no puede comprobar la legalidad de lo que publica, mejor no hacerlo. Se trata de algo deontológico, si quiere, o de éstética de la ética. ¿O admitirían publicar anuncios de las mafias de compraventa de órganos...?
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