viernes, 21 de agosto de 2009

Impuestos


Foto de Estado


Y al final tenía que ponerse encima de la mesa el tema de los impuestos. Tras años de bonanza y de superavits, no nos vuelven a salir las cuentas y toca derrama. Una vez acabada la luna de miel entre el PSOE y el Liberalismo ejemplarificado en esa política continuista de la Doctrina Rato en la que al calor de la Burbuja se optó por un modelo desregulado, no-intervencionista y de baja presión fiscal, volvemos a las andadas. La crisis ha hecho que en menos de un año, pasemos de la famosa devolución de los 400 € ( Que a mí, como estímulo al consumo me pareció razonable hasta que llegó el Tsunami...) al "globo sonda" de la subida de los impuestos a los "ricos".

Los impuestos son la génesis de la idea de Estado. De hecho, no hay impuestos por el Estado, sino que el Estado surge para recaudar impuestos de un forma organizada a los habitantes de los territorios por los poderes establecidos. Finalmente los vaivenes y cambios sociales llevaron a la necesidad de legitimar los impuestos a través de servicios en contraposición del pago de los tributos y entre una cosa y otra llegamos a esta especie de "status quo" donde los ciudadanos son gravados y a cambio reciben una seguridad, una protección social y se salvaguardan los principios establecidos de convivencia. Pero los impuestos por mucha mutación que hayan sufrido no dejan de ser la expresión de un Poder sobre un territorio. Por eso no deja de sorprenderme a veces el alborozo automatico de mucha gente ante la idea de que suban los impuestos "a los ricos" o que el Estado aumente sus prestaciones. (Una cosa arrastre a a la otra)

Esta extendida actitud ibérica deviene de una reminiscencia de nuestro reciente pasado feudal, caciquil y servil. El Estado se concibe como un poder ajeno del que no formamos parte y del que no nos sentimos responsables. Eso podría explicar en buena manera la inverosimil tolerancia a la corrupcion política que nuestro país demuestra. La Res Publica es algo que no va con nosotros. Normal que las autoridades roben si es que el Estado, el Reino de TodoGratis, está para aprovecharse de él, ya sea como político, como funcionario, como usuario, como beneficiario, etc... Y así nos va. El Estado acaba por ser una figura paternalista cercana a un arruinado Al Bundy y los ciudadanos unos sujetos infantiles procupados exclusivamente por reclamar su paga ( Y si es posible sisar un poquito ) y a los que les da absolutamente igual el funcionamiento racional y eficaz del conjunto. Todo se podría resumir en el españolísimo: "¿Qué hay de lo mío ?".

Pero José Blanco no ha dicho ninguna mentira. Los esfuerzos en inversión y protección social obligan a tomar una de estas dos decisiones: O sacrificar otras partidas de gasto estatal o aumentar los impuestos. Dado que nadie en España,
es capaz de ceder o sacrificar sus reivindicaciones, como se ha puesto de manifiesto en las recientes negociaciones colectivas laborales o las territoriales autonómicas, podemos estar seguros que producirá una subida de impuestos. Una iniciativa siempre mucho más popular en nuestro país que obligar a renunciar a nadie a nada. Pocas cosas hay más molestas que el llanto de un niño.

1 comentario:

Mycroft dijo...

Para mi la frase que resume la crisis en España, es una cita de Mailer que me impactó mucho.
"En esta vida, hay que cambiar o pagar un precio cada vez más alto por seguir siendo el mismo."