domingo, 29 de julio de 2012

Mitos Populares


Economía Española a finales de 2007


Uno de los grandes mitos asociados al Partido Popular fue esa aura de eficiencia que rodeó a la gestión del Gobierno de Aznar en la que siempre se nos vendió como cogieron un país en ruinas en 1996 y lo colocaron a la cabeza de Europa en 2004. Hasta 2011 esto ha sido una verdad incuestionable avalada por la historia pero ahora con un poco de perspectiva podemos afirmar lo siguiente:

1. La dimensión de la Crisis: Si lo que ocurrió en 1993-1996 sí que puede considerarse una crisis en sentido tradicional, la situación de España desde 2008 sólo puede verse como la quiebra de un modelo económico europeo basado en una moneda única y que ya no se sostiene. Aquello fue una crisis, lo que sufrimos hoy en día trasciende completamente nuestra escala de decisión como país.

2. Gestionar una crisis: En 1996 la crisis que se había abierto en 1993 estaba ya en gran medida encauzada. Por mucho que la maquinaria mediático-propagandística del PP se empeñe en lo contrario la llegada del PP no tuvo nada de mágico sino que coincidió con un cambio ya de ciclo macroeconómico del cual que duda cabe el gobierno supo aprovechar. Pero está claro que más que un volantazo en el timón del país, hubo un beneficioso cambio de coyuntura.

3. El Milagro Aznar: Sobre el desaforado crecimiento de la segunda legislatura de Aznar ahora con cierta perspectiva podemos ver como no fue más que una conjunción de factores (Abundancia de crédito, acceso ilimitado a financiación gracias al Euro, etc...) que permitieron una expansión sin precedentes de nuestra economía que se subió a un caballo desbocado llamado Burbuja Inmobiliaria. El hostión ha sido tal que en 2007 salimos lanzados de la montura y todavía no hemos tocado el suelo. Ay.

Pero hasta Noviembre del 2011 éste había sido el único gobierno nacional del PP y en nuestro inconsciente colectivo había quedado grabado que gestión popular era igual a resultados en lo económico. Los 7 meses de Gobierno Rajoy han hecho trizas el prestigio de la Marca PP en este ámbito. Si a eso le unimos el Fiasco de Rato o el patético balance de gobiernos autonómicos como el valenciano, se puede afirmar que se ha derrumbado uno de los grandes mitos políticos de nuestro país. 

Y no es que me alegre exclusivamente porque esto vaya en detrimento de mi denostado Partido Popular  sino porque albergo la raquítica esperanza de que finalmente políticos abandonen adanismos y respuestas simplistas ante problemas extremadamente complejos. Sé que quizás es muy optimista por mi parte pero una absoluta regeneración política es uno de los pocos destellos de esperanza que se atisban en el horizonte de nuestro país.

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