domingo, 13 de mayo de 2012

Bancaja


La sombra del castillo de Almansa es alargada

Ya conocerán el significado que en Valencia posee el refrán de "Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza". Pues en Madrid acaban de descubrir que la carretera que pasa por la noble villa manchega es de doble sentido y que nuestra Comunitat Valenciana aparte de exportar naranjas, ha sido capaz de exportar unos balances que ni siquiera Caja Madrid, el  gran salvador de Bancaja, ha podido metabolizar. Dicen que un 65 % de los créditos dudosos de Bankia provienen de la caja valenciana aunque Cajamadrid y el resto de cajas de la gran fusión tampoco se quedan mancas.

Pero el fin de Bankia aparte de haber truncado el gran sueño de un Banco Gaviota y haber dejado a Rato en el sumidero de la historia económica de este país ha servido para certificar oficialmente el acta de defunción del poder financiero valenciamo . ¿Quien podía pensar que la mayor entidad crediticia valenciana en el 2012 iba a ser Caixa Ontinyent? Pero esa es nuestra realidad financiera a fecha de hoy tras la intervenciones de CAM, Banco de Valencia y ahora Bancaja. Sólo las cajas rurales de nuestra comunidad han conseguido una salida medianamente digna al haber sido absorbidas por Cajamar.

¿Existe un patrón valenciano en esta absoluta desfeta? Sí y no. Muchos de los problemas que atenazan a nuestras cajas no son patrimonio exclusivo nuestro ni mucho menos pero es sintomático que todos los cajas y bancos valencianos hayan acabado como han acabado. Repasemos las razones:

1. Los problemas de la Comunidad Valenciana: Nuestro modelo económico regional ha quebrado. Sí, ese que era el ejemplo nacional a seguir y convertía a nuestra comunidad en el modelo de la gestión política popular se colapsó en 2007 coincidiendo con el pinchazo inmobiliario y desde entonces la caída de nuestra actividad económica ha sido en picado. Ni que decir tiene que esto ha supuesto un stress adicional a las cajas valencianas que como ya he dicho alguna vez se sitúan en la zona cero de la zona cero de la explosión de la burbuja inmobiliaria.

2. Exposición al crédito inmobiliario. Un solo dato que lo dice todo. El 98 % del crédito que ha concedido la CAM (Más de 50.000 millones de Euros) está relacionado con la actividad inmobiliaria. Nuestras cajas y bancos no fueron precisamente víctimas inocentes de la deflagración inmobiliaria sino que fueron cómplices activos con un entusiasmo y una temeridad que ahora, sólo ahora, nos parece increíble.

3. Gestión: La politización de las cúpulas directivas de las cajas y bancos en nuestra Comunidad alcanzó niveles nauseabundos. La connivencia de poderes autonómicos, provinciales y municipales a través de los partidos en los consejos de las cajas y bancas generó un sistema harto ineficaz de financiación irresponsable y de construcción desmedida que generaba un arrastre general de la actividad económica, pingües beneficios, suculentas recaudaciones y alimentaba un maná de corrupción en prebendas varias que permitía mirar para otro lado. 

Y ahora nuestras señorías de nuestro parlamento autonómico reclaman que venga MAFO a explicar como bajo su mandato en el Banco de España se ha podido llegar a esta situación. No dudo que el Banco de España no haya ejercido una supervisión adecuada pero las estadísticas mandan: si el 99 % del sistema financiero de nuestra comunidad ha tenido que ser intervenido algo malo habrá hecho los consejos de administración de nuestros bancos y cajas, la Generalitat y el IVF. ¿O volveremos a recurrir al socorrido Almansismo y que todo lo malo viene de Madrid? 

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